¿Sabías que existen distintos tipos de obras civiles? Así es. Los expertos en el ramo de la construcción -desde diseñadores hasta ingenieros- comprenden cada proyecto que se les presenta gracias a una tipología simple y concreta. Esta clasificación no sólo es útil para acotar con rapidez los recursos que requiere una obra; también permite una planificación más eficiente, lo que resulta en una ejecución más precisa y efectiva. Pero comencemos por lo más esencial: qué es una obra civil y su importancia para el bienestar, la estabilidad y el progreso de la civilización.
¿Qué es una obra civil?
Cuando hablamos de obras y construcciones civiles, nos referimos a toda aquella infraestructura ideada para mejorar la vida de las personas. Desde una rampa para sillas de ruedas hasta una presa, esta clase de proyectos se conciben siempre bajo criterios de desarrollo social al igual que de sostenibilidad económica y ecológica. Por lo tanto, una obra civil requiere, en primer lugar, de la sensibilidad necesaria para identificar una necesidad y buscar cómo satisfacerla adecuadamente con un uso eficiente de los recursos disponibles.
Por otra parte, la ingeniería ha demostrado en numerosas ocasiones que no sólo busca crear entornos eficientes, sino también estéticamente significativos. De hecho, es llamativo que los proyectos más trascendentes a nivel mundial sean los que combinan funcionalidad con belleza, generando incluso experiencias únicas y convirtiéndose incluso en atractivos turísticos. Tal es el caso, por ejemplo, del Puente de la Torre, estructura con un innovador mecanismo de elevación construida a finales del siglo XIX que, a la fecha, es un ícono de la ciudad de Londres gracias a su espectacular diseño neogótico.
Desde la Edad Antigua, con la invención de la rueda y los sistemas de irrigación, los diferentes tipos de obras civiles han fomentado el progreso de casi cualquier aspecto de la vida cotidiana. Sin sus aportaciones, las sociedades modernas sencillamente no contarían con la infraestructura básica para el funcionamiento de los sectores de producción que posibilitan la vida tal y como la conocemos. Si hoy disponemos de edificios habitacionales, centrales eléctricas, fábricas, centros recreativos y redes de transporte, comunicación y distribución de recursos, es gracias a esta disciplina. Justamente, es debido a su implicación en las diversas esferas de la actividad humana que surgió la necesidad de clasificar sus proyectos, a fin de facilitar su estudio, análisis y planificación específica para una construcción.
Tipos de obras civiles
Las obras civiles se subdividen en diferentes categorías según su dimensión, características, propósito e incluso de acuerdo con la entidad responsable de su administración. Así, al hablar de una construcción, podemos escuchar acerca de:
Obras públicas o privadas
¿Alguna vez has escuchado a alguien afirmar que una obra pública es distinta de una civil? Nada más alejado de la realidad. Una obra pública es una obra civil en toda regla, ya que su objetivo es brindar un servicio a la población. Su denominación se debe a que se financia mediante el erario y, por consiguiente, cualquier ciudadano puede beneficiarse de ella sin restricción. Esta clase de proyectos están a cargo de alguno de los tres niveles de gobierno (federal, estatal o municipal) y generalmente se llevan a cabo en colaboración con empresas constructoras privadas elegidas por concurso. Bajo este modelo, México vio nacer las redes ferroviarias y de telecomunicaciones que impulsaron su crecimiento a principios del siglo XX, y es bajo el mismo que actualmente el país respalda su sistema de transporte público, de salud y de educación, por citar algunos ejemplos.
Por otra parte, las obras privadas son, como su nombre lo indica, responsabilidad exclusiva de empresas particulares; sin embargo, se caracterizan por priorizar la rentabilidad sobre el beneficio social. Esta clase de proyectos se conciben a partir de modelos de negocios exitosos que justifican su realización. De esta manera, año con año, se construyen decenas de naves industriales, locales o plazas comerciales, edificios corporativos y clínicas privadas que generan empleos a la vez que ganancias considerables para sus inversionistas. Aquí, el gobierno participa sólo como entidad regulatoria, supervisando y asegurando que, desde su concepción hasta su culminación, la obra se lleve a cabo conforme a los marcos legales.
Horizontales o verticales
Esta designación se relaciona directamente con la forma y proporción de una obra. Las obras horizontales son aquellas que se extienden hacia los lados, es decir, se contempla su longitud y se piensan de acuerdo con la superficie de suelo que ocuparán. En esta categoría, encontramos seis bloques principales:
- Carreteras: adoquinados, empedrados, asfaltados.
- Sistemas pluviales: canales, redes de drenaje y alcantarillas.
- Pistas peatonales: andadores y bulevares.
- Sistemas sanitarios: alcantarillados y plantas de aguas residuales.
- Redes de abasto de agua potable: acueductos rurales y urbanos.
- Rehabilitación de caminos: pavimentación y reencarpetados.
En cuanto a las obras verticales, estas se caracterizan por una construcción hacia arriba; por lo tanto, su aprovechamiento del espacio puede maximizarse a través de múltiples plantas, según el uso de suelo lo permita. Esta categoría engloba diversos proyectos, como edificios habitacionales, parques, comedores y deportivos, entre otros inmuebles, subdivididos según:
- Sectores (productivo, económico y social)
- Tamaños y acabados
- Infraestructuras
Igualmente, la ingeniería contempla otros tipos de obras civiles, donde los proyectos se agrupan de acuerdo con su propósito y, por ende, según un esquema predeterminado de diseños, materiales, personal, métodos y procedimientos. Así, hallamos que existen obras de:
- Infraestructura vial: especializada en trazar y realizar arterias vehiculares, avenidas, carreteras, puentes y túneles.
- Infraestructura de transporte: construye desde una parada de autobús hasta sistemas completos de transporte colectivo, como el metro, el metrobús o el cablebús.
- Infraestructura hidráulica: se enfoca en obras relacionadas con la captación y distribución del agua, es decir, desde tuberías hasta presas de alta capacidad, como La Angostura, la Malpaso o El Cuchillo.
- Infraestructura energética: relacionada al diseño y construcción de líneas de transmisión, centrales eléctricas, granjas solares e incluso plantas de energía nuclear.
- Infraestructura urbana: dedicada a la creación, diseño y perfeccionamiento del entorno en una ciudad. Esta especialidad es responsable, por ejemplo, del modelo de parques lineales implementado en la Ciudad de México.
- Infraestructura de comunicaciones: responsable de instalar desde cables de fibra óptica hasta torres de transmisión de gran escala.
- Obras de edificación: esta categoría se dedica al diseño eficiente de naves industriales, inmuebles residenciales, centros comerciales, bibliotecas, centros de capacitación, entre muchos otros inmuebles, así como a construirlos con las adecuaciones necesarias para sus actividades.
Especialización en los tipos de obras civiles: confianza y calidad
La misión de una empresa constructora de obras civiles es materializar proyectos sólidos, confortables, ergonómicos y 100% seguros para el usuario. Para lograr esta meta, es indispensable cumplir con ciertos pasos, como el estudio de viabilidad de la obra, el análisis de las condiciones socioeconómicas de su entorno y el conocimiento de la normativa en materia de construcción, por nombrar sólo algunos. Sin embargo, la verdadera clave del éxito, el origen de una planificación ordenada y una ejecución impecable es que dicha empresa se especialice en alguno de los tipos de obras civiles.
En México, existen numerosas empresas dedicadas al diseño y construcción de obra civil a pequeña, mediana y gran escala. No obstante, aunque pueda sonar contradictorio, las más confiables son aquellas que en lugar de realizar cualquier clase de infraestructura, se enfoca en un solo tipo, acotando sus actividades cuatro o cinco estructuras. Esta metodología permite a las empresas generar un mayor expertise en menor tiempo, lo que favorece la optimización particular de los diseños, los procesos y la ejecución de los proyectos.
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